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Veinticinco años de evangelización

Y lo que nos queda por delante

Estamos de fiesta. La parroquia ha cumplido 25 añitos. ¡Qué deprisa pasa la vida!, ¿verdad? Fue el 1 de enero de 1987 cuando el entonces arzobispo de Burgos, monseñor Teodoro Cardenal, consagraba la antigua capilla del Espíritu Santo en parroquia. Aquellos bajos del 10 de la calle Pedro Alfaro siguen siendo un hervidero de vida.
Con la mirada en el futuro, queremos recordar esta trayectoria, humilde pero fecunda, lenta pero comprometida, de tanta gente que se ha comprometido con la evangelización del barrio. Porque si algo tiene la parroquia del Espíritu Santo como seña de identidad propia es la de ser misionera. Fue el querido y recordado Jesús del Pozo, primer párroco, quien sembró la semilla que 25 años después es una robusta planta.
Con muchos amigos del barrio cuidó esta huerta que ha dado tantos y abundantes frutos. Javi Cadiñanos, Jorge, Javi Fernández y Juan y quienes integramos de manera más o menos anónima esta comunidad, también han sido, son o somos testigos de esa evangelización desde lo sencillo, lo cotidiano, que la parroquia lleva a cabo en el barrio.
Hoy toca a todos. Debemos implicarnos más y mejor en esta apasionante tarea de ser levadura en la masa; sal que da sabor a la vida y luz que alumbre el camino que aún nos queda por recorrer.
La parroquia quiere agradecer la tarea que tantos y tantos cristianos y cristianas comprometidos en construir el Reino han hecho a lo largo de los años. Pero queda mucha tarea por hacer.
Nuestro cartel muestra una visión general de una parte del barrio. En el corazón está la parroquia que sale al encuentro de los vecinos hasta el centro de la plaza. Pero el puzle que conforma el barrio está incompleto... le quedan piezas por colocar. Unas piezas que tenemos en nuestras manos y que hemos de ir imbricando poco a poco.
Es nuestra tarea, nuestra misión para los próximos 25 años. Queda mucho por hacer. Quedan muchos testigos del amos de Dios que llegar para trabajar por el Reino. Aún viviendo en época de crisis, el mensaje de Jesús, de su 'buena noticia' está ahí presente: “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos  y proclamar un año de gracia del Señor.” (Lucas 1, 18-19). Y nuestra misión es anunciarlo, pero sobre todo vivirlo.

FELICIDADES

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